DESDE EL ecuador DE MÉTODO SELF 

Me gustaría compartir con vosotros, cómo he vivido las dos primeras tardes como participante del programa Método SELF. 

Hablar de complicidad, buen humor, esperanza y aprendizaje sería quedarme corta. 

Victoria y María del Mar consiguen de forma magistral hacer navegar al grupo por una corriente de energía positiva que parece llenarnos de luz y llevarnos a todos siempre hacia arriba, en dirección hacia nuestra mejor versión.

Somos ocho personas que hemos decidido parar, dejar a un lado el día a día y concentrarnos en lo más valioso que poseemos: nosotros mismos.

Hemos dedicado la primera tarde a bucear en nuestro SER, parándonos a entender mejor quién y cómo SOY. Hemos reflexionado sobre determinadas conductas claves a la hora de poner ese YO en relación con los demás. Ahora somos más conscientes de cómo escuchamos, resolvemos conflictos, tomamos decisiones y enfocamos problemas. Pequeños cambios pueden aportarnos mayor sintonía con nosotros mismo y nuestro entorno.

Hemos descubierto cualidades hasta ahora desconocidas. Un momento especialmente emocionante para mí fue cuando, con sorpresa, afirmé que “soy alegría, fiesta, mar y amor”.

En la segunda jornada hemos conectado con la ENERGÍA, el entusiasmo, en definitiva, el camino al éxito. Nos hemos embarcado en la aventura de otro descubrimiento, esta vez detectar qué nos aporta o resta energía. Hemos analizado el poder de nuestros propios pensamientos, entendido qué esconden nuestras emociones y reconocido en qué punto nos encontramos del proceso que conlleva cada cambio no deseado.

Hemos aprendido a reenfocar situaciones desde el respeto y el sentido del humor, logrando una nueva perspectiva de las mismas que consigue dejarnos más leves. Tan leves que, sí, ¡incluso hemos volado hasta nuestro destino deseado! ¡Ahora siento que es posible!

Cristina, edición mayo / junio 2018